lunes, 15 de diciembre de 2014

Libro para entretener y aprovechar, en su fin íntimo.



Libro para entretener y aprovechar, en su fin íntimo.

MEMORIAS DE UN SINVERGÜENZA DE SIETE SUELAS, 
Ángela Becerra.

La perspectiva desde su espacio de muerte, más bien desde su espacio para ser enterrado, el féretro, Francisco repliega toda suerte de historias, anécdotas, arrepentimientos y añoranzas por todo aquello cuanto dejo de hacer en la vida y todas con las cuales logro caminar por estar sobrellevando la falta de carácter para asumir un amor verdadero, tras el telón de las normas sociales discriminatorias.
Escuchando las gentes agolpadas en su velorio, reclamando, llorando, prometiendo, devolviendo, haciendo honores, forma una analogía con su vida de vil sinvergüenza, que lo llevo a planear y definir que el día de su muerte las gentes se juntaran para dejar la huella, audaz, simple o con retórica de quien fuera “el Hermoso” único capaz de seducir mujeres y a manera de trofeos llenar su casa de Pavos reales, de casta, como muestra entonces de su hazaña, ante los ojos irritados e iracundos de su esposa quien claramente conocía el fin de estos y la procedencia de su orgullo, la infidelidad.
En cada letra, hallamos en Francisco, un ser agraciadamente descarado, solitario, convocado por sí mismo a la soledad en medio del gentío, como consecuencia del amor que debio callar, amante de la ilusión y creador de la expectativa de un futuro junto a su amada quien decide esperarlo, hasta el día en que sin saber por qué, una palabra no dicha, una promesa no cantada, se revele aunque sea un instante, el que ponga a nuestro personaje en un estado catatónico, y logre entonces que en una narración de tres personajes, de tres perspectivas, de tres formas de contar lo vivido, resulten unidas en el escenario más inesperado, un velorio.
No es el primer libro que leo de Ángela Becerra, pero si hallo en este con un lenguaje casi coloquial o citadino una ilustración una ciudad como Sevilla, en un entorno folclórico y ameno de lo cotidiano de los ciudadanos. Gentes de alcurnia, asolapando cualidades y protegiendo prejuicios creados. Su lenguaje simple, dibujando a un Francisco como un sinvergüenza mientras oculta su yo, en la posesión y enriquecimiento, en la extravagancia y el sexo; entre los engaños y la bondad;  O creando una Alma, mujer bella, capaz de amar silenciosamente, pero a la eternidad, fuerte, más segura de lo que imagina, enfrentada a luchas rivales, envidias y añoranzas, frente a una Morgana, mujer de cuerpo escultural, infame, desvergonzadamente mala, incapaz de sentir aprecio por ella misma; lujuriosa e inagotable mujer de mundo falso, extrovertida y de hilarantes actitudes de venganza contra su esposo, Francisco. Es esta el arma que utiliza la autora para atrapar.
Realmente no esperaba esto, siendo Ángela Becerra, una autora con temas de realismo, más profundos, resulto dándome la oportunidad de descubrir en la simplicidad y común de la historia un entorno que a veces parecía no comprender hasta que entraba el siguiente narrador y daba las explicaciones del caso. Mientras nos perdemos en sus descripciones de capitulo en capitulo, vamos descubriendo la faceta del amor sincero, que termina catapultando a nuestros personajes, en un cuadro agradable, en un libro para recomendar, cuando se quiere hallar en la lectura algo divertido, temas para reflexionar o enojarse, pero que al fin de cuentas no labren nada en tu pensar o sentir, porque resulta siendo una historia mas, solo que bien contada.


LIBRO FLUIDO, DE DESCANSO..Merece ser Leido

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